Un amigo lejano me decía anoche, al final del mejor día de la semana y en medio de una ebriedad, digamos 6/10, que le agradecía a su papá, (un señor avaro, mesquino, egoista, miserable y en general, un padre inexistente) que le hubiera quitado definitivamente a los 18 años cualquier tipo de apoyo, y entiendase con esto: apoyo afectivo, económico, moral, etc., porque eso le hizo caer en cuenta que él tendría que salir adelante por su propia cuenta. Mientras tanto yo, sintiedome un poco identificado, pensaba en lo equivocado que estaba mi amigo, que es un tipo admirable.
El papá de éste personaje es un tipo riquisimo. Tiene una casa inmensa en la Calera, 7 carros - todos de buenas marcas, es abogado de una importante firma, pero aún así no fue capaz de pagarle una carrera, y ni siquiera el colegio a su hijo. De tal tamaño es el miserable.
Mi amigo salió adelante. Se puso a trabajar de cajero en un banco, se consiguió un apartamento modesto y se casó con una buena mujer. Pero el error grave de él está en agradecerle a su papá su situación y su mentalidad actual, cuando en realidad a lo único que debería darle gracias es a la circunstancia, y a si mismo por reaccionar a ella inteligentemente.
Ese individuo despreciable que lo procreó nunca hizo lo que debía hacer. Su hijo en cambio es un tipo berraco y trabajador que supo sobreponerse a la condición que lo afectaba y así pudo poner a marchar su vida.
No gracias a Hitler el mundo es mas justo.
De los mismos creadores de "Lluvia de Sábado por la Noche" ó "Bogotá, la Ciudad del Invierno Eterno"
domingo, 27 de abril de 2008
Publicado por Mondragonmerino en 11:49
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